Vende comida, no vendas humo

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El proceso de implantación de la ley del tabaco fue duro para algunos hosteleros, que en el año 2006 tuvieron que acondicionar zonas de fumadores en el interior de sus locales, aquellos con más de cien metros cuadrados, para retirarlas poco después con la llegada en 2011 de la nueva ley antitabaco.

Club de fumadores

La nueva ley contempla la figura del club de fumadores como un establecimiento donde se puede consumir tabaco. Aunque a diferencia de un bar, un club de fumadores no puede tener ánimo de lucro, no puede vender ningún tipo de producto y no puede disponer de trabajadores.

El restaurante ovetense Casa Lobato recibió en su día un premio de manos del Club de Fumadores por la Tolerancia por ser el local mejor acondicionado de Asturias y, ahora, como el resto, ha tenido que invertir en terrazas para volver a amoldarse a las circunstancias. “En aquel momento nos gastamos entre 24.000 y 30.000 euros en sistemas de aire, extractores, acondicionamiento de espacios… La verdad es que eso perjudicó a muchos hosteleros”, asegura Marcos Lobato.

Royal Smoking es el primer club de fumadores nacido en Madrid, con un ambiente muy moderno e instalaciones muy completas, incluso tiene un billar. Sin empleados al servicio de los socios, tal y como exige la Ley española; así que son los propios socios los que se sirven las bebidas y ayudan al buen funcionamiento del local. Los residentes en Madrid mayores de edad, pueden inscribirse en este club privado como en cualquier asociación sin ánimo de lucro.

Lo bueno de estos lugares es que no sólo se pueden tomar copas y fumar en paz, sino que se pueden pasar tardes y noches de ocio: jugando al billar, viendo retransmisiones de eventos deportivos, eventos y música en directo, jugando a póker, a dardos, etc. Pero si proliferan estos locales, qué sucederá con los bares…

Hosteleros asturianos valoran positivamente la Ley Antitabaco

No parecía entonces fácil encontrar profesionales del sector que valoraran positivamente los cambios que trajo la normativa. Sin embargo, contrariamente a lo supuesto y según declaraciones recogidas por el diario asturiano La Nueva España, algunos hosteleros de la zona norte valoran positivamente los efectos de la ley antitabaco.

Montse Abascal, copropietaria de la gijonesa vinatería El Monje, hace un “balance muy positivo”: “Hay que pensar en un bien común y no en un bien particular”, señala Abascal, a la que, curiosamente, la prohibición de fumar en los locales le benefició en su negocio. “A nivel higiénico, tanto el local como nosotros no se puede comparar con lo de antes”.

Asegura, además, que sus clientes fumadores están a gusto en la terraza exterior. “El 80% de los que fuman están encantados fuera porque la terraza está perfectamente acondicionada”, señala. Ese espacio exterior está preparado para el invierno, con estufa, asientos y cerrada todo lo que permite la ley.

La mayor parte de la hostelería en Avilés se ha decantado por pagar licencia de terraza durante todo el año para salvar las restricciones de la ley. Así, los nuevos espacios para fumadores anexos al bar de toda la vida compiten en confort y decoración. Ahora, en pleno invierno, las que triunfan son las terrazas con estufa, para combatir el frío.

Uno de esos hosteleros que ha sacado el negocio a la calle es Alfredo Rodríguez, propietario de una cafetería en Sabugo. Hace un año estaba en contra de la ley del tabaco. Hoy está a favor: “A mí me ha ido bien, tuve que realizar una inversión para adaptarme a los cambios. Antes retiraba la terraza en noviembre y ahora la tengo todo el año. Es un coste añadido al que luego hay que sumar la inversión de las estufas, y el consumo en calefacción, pero todo compensa”, asegura el hostelero. “Tengo clientes nuevos, en la terraza y dentro del local”, explica el hombre. La clientela de su negocio se reparte al 40% en el interior del local y el 60% en el exterior.

El propietario del Bar Genio de Mieres asegura que la ley antitabaco no le ha hecho perder clientes. “Pude perder clientela por la situación económica, pero no por cumplir la prohibición de fumar en el establecimiento”, señala el hostelero. En su comedor la prohibición del cigarrillo ha cambiado la costumbre de los clientes y, desde hace un año, “las comidas duran menos”.

Para Eugenio Viñas, este cambio de hábitos tampoco se ha visto reflejado en la caja registradora: “Hay que tener en cuenta que algunos de los que ahora se van pronto antes estaban durante la sobremesa consumiendo. En cambio había gente que se quedaba toda la tarde con una taza de café y no dejaban paso a otros clientes”, añade el hostelero. En su restaurante, los fumadores “los hay que están encantados porque el comedor no tenga ahora humo de tabaco y otros que están rabiosos porque no pueden echar un cigarrito”, asegura.

El propietario de la sidrería La Campurra, de Pola de Laviana, afirma que tras un año de aplicación de la ley del tabaco “la clientela no ha cambiado. Puedes perder un café y una ronda de chupitos después de la comida, pero los tomarán más tarde en otro local, después de fumar”, sostiene.  Según el hostelero, el descenso de ventas se debe en un 99% a la crisis económica aunque sostiene que en ocasiones “se da cierto descontrol entre plato y plato”, ya que los comensales salen al exterior del local a fumar y los camareros no saben cuándo servir a cada uno. Marco Antonio García constata que “el ambiente mejoró” y que “las terrazas están más concurridas”.

En definitiva, los hosteleros asturianos defensores de los derechos de los no fumadores, se quejan de que pierden mucho más dinero por culpa de los horarios del fútbol que por la ley anti-tabaco…

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