«Me horroriza que te vendan una simple tortilla de patatas como si fuera un plato gourmet»

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Alexandra Sumasi| Madrid

29 octubre 2012

Autor de más de una veintena de ensayos sobre la Cosa Nostra, el Vaticano, la ONU, La CIA o Bin Laden, Eric Frattini es un escritor español de gran proyección internacional. Su obra ha sido traducida a varios idiomas y se ha editado en cuarenta y siete países. Además, ha escrito trepidantes novelas con las que ha sabido muy bien cómo enganchar al lector. Ha sido corresponsal en Oriente Medio para distintos medios, y en la actualidad reside en Madrid. Aunque se confiesa poco ducho en gastronomía, parece que nuestra entrevista le ha tirado de la lengua y se ha explayado con mucho gusto.

¿Cuántos días a la semana comes fuera de casa?

Si estoy escribiendo un libro, ninguna. Si no estoy escribiendo, puedo almorzar cinco veces fuera, y cenar en restaurantes dos o tres noches.

¿Qué tres factores son los determinantes a la hora de repetir una visita a un restaurante?

El que el restaurante sea un apéndice de mi salón. Que el precio esté al mismo nivel que la calidad.  Y, por supuesto, que no se les vaya la cabeza a la hora de cobrar.

¿Tienes un restaurante favorito?

Sí, muchos. La lista es interminable. En Madrid, Alduccio, donde tienen la mejor pasta italiana de la ciudad; Asgaya, por la cocina de Madrigal, por María José y por su lasaña de centollo; La Hoja, por sus verdinas con langosta y por lo bien que me tratan Paco y Conchi; Cristobal, por tener un delicioso cordero, por Feli, el propietario, y por Olga, una gran relaciones públicas; Dionisos, por ser un griego excelente; El Fogón de Trifón, por Jorge Trifón; La Tosta, un restaurante de policías con magníficas tapas, y donde escribí parte de una novela que sale el próximo año; Malacatín, por su maravilloso cocido y por lo bien que me trata la familia, ahora en manos de José Alberto; y el Café Gijón, al que llamo cariñosamente ‘mi cuartel general’, por lo bien que me tratan sus propietarios, la familia Escamilla y todo su personal. Ya sólo me queda entrar en su cocina y prepararme yo mismo la comida.

[pullquote] Mi lista de restaurantes favoritos es interminable. [/pullquote]

Fuera de Madrid, me gusta mucho El Paso de Gredos, en la provincia de Ávila, donde Victoria prepara las mejores patatas revolcones del mundo; Becerrita por ser mi casa en la capital hispalense; y para finalizar, Casa José María, donde tienen el mejor cordero de Segovia, y además, José María es un gran amigo.

¿Qué hizo que se convirtieran en “tus” restaurantes?

Sencillamente, que me hicieran sentir como en casa. Cuando llego saludo al personal como si fueran amigos o familia y esa estrecha relación se nota a la hora de darte de comer.

Dime un plato o tipo de cocina por el que sientas predilección.

Soy más de cuchara que de diseño. Además de los platos que te comenté antes,  añadiría  el entrecotte en salsa y patatas de L’Entrecotte; los espaguetis a la vongole del Alduccio; el sashimi de atún de Joaquín Felipe cuando estaba en el Urban; cualquiera de las tapas de El Lateral o de La Tosta; las hamburguesas de Hamburguesa Nostra o la de El Mercado de la Reina. Como ves, soy muy primario a la hora de comer.

[pullquote] Soy más de cuchara que de diseño. [/pullquote]

Volviendo a los restaurantes en general… ¿Qué hace que no vuelvas a uno?

El asalto a mano armada. El que te cobren un dineral y al llegar a casa me vea obligado a comer un poco de jamón ibérico porque me he quedado con hambre. Me pasó en Kabuki Wellington. O que te vendan una simple tortilla de patatas como si fuera un plato gourmet y te cobren como si estuvieses comiéndote una langosta, como hacen en Las Tortillas de Gabino. Me molesta mucho que en un restaurante donde te has dejado 50 euros o más, sean incapaces de invitarte a un café o a un Pacharán. O aquellos lugares que para ‘tirarse el pisto’ te hacen esperar estúpidamente en la puerta, cuando el restaurante está vacío. En ese momento me doy media vuelta y me largo. Que les den…

¿Te gusta probar cosas nuevas o prefieres pedir lo que ya sabes que te gusta?

No tengo problemas, como de todo. Piensa que he vivido en muchos países y eso hace que pruebes cualquier tipo de comida.

[pullquote] Nunca vuelvo a un restaurante que te cobra un dineral y, al llegar a casa, me obliga a comer un poco de jamón ibérico porque me he quedado con hambre. [/pullquote]

¿Sigues las “sugerencias del chef” en la carta o las recomendaciones del camarero?

Si voy a un restaurante que conozco, voy a tiro fijo. Si la cocina es más trabajada dejo que me aconsejen.

¿Cada cuánto tiempo crees que se deberían renovar las cartas?

Da igual, siempre y cuando lo que te sirvan sea de buena calidad. De todos modos, no entiendo de gastronomía. Solo me gusta comer así  que…, no sabría decirte.

¿Con qué acompañas la comida? ¿Vino?

Principalmente con cerveza, pero si la mayoría toma vino, pues yo también bebo vino.

[pullquote] Me molesta enormemente que, en general, me envíen publicidad. [/pullquote]

En cualquier caso, si tomas vino, ¿prefieres que te lo dejen en la mesa o que te lo vayan sirviendo?

Ufff, prefiero que me lo dejen en la mesa y lo voy sirviendo yo. De todos modos, no lo critico. Es su trabajo.

¿Consideras necesaria la figura del sumiller?

Hablas con un absoluto ‘incapaz’ para pedir vino. Cuando almuerzo con gente que sabe, como mi amigo el periodista Alberto Granados, son ellos los que piden.

¿Por quién te dejas guiar a la hora de elegir un restaurante? ¿Amigos? ¿Portales de reservas online? ¿Internet en general?

Por internet, si voy al extranjero. Y si conozco a alguien allí,  me dejo guiar por ellos.

¿Te incomodaría que un restaurante al que le has dado permiso para enviarte comunicaciones, te enviara una vez a la semana o cada quince días una propuesta atractiva para acudir a su establecimiento?

Me molesta enormemente que, en general, me envíen publicidad. Me da igual si es un restaurante, una compañía aérea o una tarjeta de crédito.

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