Redacción | Barcelona

Atrás han quedado los tiempos en los que la pizza o los restaurantes chinos acaparaban el servicio del delivery. Otros modelos de restaurantes han entrado con fuerza en un segmento de negocio que maneja cifras muy positivas.  

Se prevé que, de aquí a 5 años, el 20 por ciento de las ventas del sector de la restauración serán aportadas por el delivery. 

Y es que pedir comida a domicilio es una práctica cada vez más habitual en España, según datos de las grandes cadenas de restauración organizada, que registran crecimientos de dos e incluso de tres dígitos en lo que va de año.

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La comida para llevar sacia el hambre en todos los continentes.  Statista proyecta que el delivery factura 60.342 millones de dólares entre EE UU, Europa y Asia y que cada cliente desembolsa una media al año de entre 158 dólares (en China) y 395 dólares (en EEUU). En Europa este negocio es la semilla de muchas oportunidades: su alza potencial, según varios informes, se cifra en más de un 20% al año hasta 2021.

Cerrando el foco en España la cosa cambia, pero el optimismo se mantiene. La Asociación de Cadenas de Restauración tuvo que variar al alza las previsiones de ventas de este ejercicio: los pedidos online aumentan un 48%, según datos de la patronal, aunque solo suponen el 3% de la facturación total.  Nielsen ha contabilizado hasta 73 millones de entregas de paquetes de comida (solicitadas a través del móvil o por otros canales) por valor de 1.137 millones de euros el año pasado.

El negocio está en encontrar la mejor manera de programar esa distribución y mejorar el servicio.

Precisamente para dar respuesta a este ámbito tan relevante para el crecimiento del delivery, acaba de ver la luz un proyecto de la app Glovo.  Se denomina Cook Room, un espacio equipado con cocinas a medida que la plataforma ofrece en exclusiva a sus partners para que puedan potenciar su servicio de reparto de comida a domicilio.

«Este sector está siendo y será un negocio totalmente independiente para los restaurantes», puntualiza Sacha Michaud, co-fundador de Glovo.

 La operación se ha puesto en marcha tras el acuerdo con Coocciō, la primera incubadora gastronómica de Barcelona, expertos en la asesoría a negocios del mundo de la restauración y en el desarrollo de cocinas industriales para restaurantes y caterings.

“El sector del delivery se encuentra en constante crecimiento y la gente piensa que el reparto de comida a domicilio es sólo un extra. En Glovo creemos que este sector está siendo y será un negocio totalmente independiente para los restaurantes. Por este motivo hemos decidido lanzar Cook Room”, comenta Sacha Michaud, co-fundador de Glovo.

Pero, ¿en qué consiste exactamente Cook Room? 

•  Cook Room está dotado de 400m2, totalmente aprovisionados con 12 cocinas específicamente diseñadas para cubrir los pedidos y equipadas en función de las necesidades de cada partner.
• El local está ubicado de forma estratégica para permitir centralizar los repartos, evitando la saturación en las cocinas de los restaurantes.
• Actualmente sólo está disponible en Barcelona, pero la compañía ve una posibilidad de gran proyección en el resto de ciudades y la intención es poder extenderlo a otras localidades con el fin de ofrecer el mejor servicio posible a partners y usuarios.
• Desde este espacio se atienden pedidos exclusivos para la plataforma sin necesidad de compartir recursos con las mesas en los restaurantes. “Hemos comprobado que el volumen de pedidos a domicilio es cada vez más importante para los restaurantes y muchos de ellos quieren profesionalizar y potenciar todavía más este servicio”, señala Sacha Michaud.  En definitiva, permite a los restaurantes separar los negocios de entrega a domicilio con la atención a sus comensales en el propio restaurante.
• Ofrece un servicio de comida 24/7, lo que implica señalan sus creadores, “una mejora en la experiencia del usuario, que amplia el número de pedidos actuales”.
• Este nuevo concepto es también una oportunidad para los partners que quieran expandir su negocio a pesar de no disponer de un restaurante físico en la ciudad. De esta manera pueden repartir sus productos en otras zonas y localidades donde no suelen operar.

En este atributo reside una de las cualidades diferenciadoras del segmento del delivery, que tiene un horizonte de crecimiento más que positivo. Un reciente estudio de Ipsos reflejaba que el 37 % de los usuarios de este tipo de servicios lo utilizan de forma muy frecuente (por lo menos una vez a la semana) y otro 50 % recurre a ellos al menos una vez al mes, con un precio medio por tiquet de 22 euros.