Restaurantes viajeros: Las Dalias on the road

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Cada año turistas de todas partes del mundo viajan a Ibiza a pasar sus vacaciones de verano, pero es en invierno, cuando Ibiza sintiéndose vacía, les devuelve la visita. Los restaurantes de la localidad se unen a esta iniciativa en busca de los veraneantes que volvieron a sus hogares, visitándoles en sus ciudades de origen.

Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a la capital… o, cómo un mercadillo estacional se convierte en la representación de todo un territorio y su gastronomía… en el orgulloso  representante de una filosofía, de una marca,…la gastronomía ibicenca trasladándose allende sus fronteras.

Tras el éxito del año pasado, en el que asistieron cerca de 30.000 personas al Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, para ver, tocar, oler y sentir un pedacito de Ibiza a través del Mercadillo de Las Dalias, el evento ha celebrado su segunda edición.

Ha vuelto a acampar en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, con más color, más moda, más espectáculos y más zonas al alcance del visitante para que este año, sea una cita obligada para todos. Creando este marco tan atractivo, el visitante se deja embaucar por al ambiente veraniego en pleno invierno… y disfrutar de los recursos naturales de esta pequeña localidad: agricultura de secano, pesca costera, algo de caza y un poco de ganado.

La cocina ibicenca ofrece caldos, arròs sec (arroz seco), el sofrit de pagès (diferentes clases de embutidos con cordero, tocino…), o la frita pagesa (fritura de carnes con verduras).

Para los amantes del pescado la isla de Ibiza les ofrece el guisat de peix y la burrida de rajada. Los flaons, oreianes y pensats i fets, son los postres que podrán degustar a su gusto los amantes de la buena repostería.

El frívola, licor típico de Ibiza a base de tomillo con base de anís, el rum-aniseta y otras bebidas de hierbas dulces y secas autóctonas, son el complemento a cualquier buena comida que se precie, y todo esto en el centro de Madrid, en el pedacito de Ibiza que han traído a la península los restauradores insulares.

Y es que no sólo del verano vive la restauración… De esta manera, la economía estacional de los restaurantes va más allá de los 3 meses de verano, la Semana santa y la Navidad. Los restaurantes ibicencos viajan a Madrid para que todos los madrileños puedan disfrutar de su oferta gastronómica, y consiguen así estirar la estación, agrupándose y llevando la comida al domicilio de los veraneantes.

Las Dalias lleva todo el encanto de sus propios espectáculos, además de contar con degustaciones de todos sus platos para completar los tres días de campaña.
La mejor estrategia de marketing hace que más allá de los detalles estéticos, como en este caso los ibicencos, se haya intentado trasladar algo tan irrepetible como la atmósfera ibicenca, sus olores y sus sabores… apelando a las emociones con una representación de la puesta de sol, puesto que es algo tan característico de la localidad.

La reproducción de los típicos atardeceres ibicencos es uno más de los atractivos del mercadillo con los que se daba paso a los espectáculos nocturnos, y que han sido vistos este año por 50000 personas.

Y es que este año el evento ha contado con más zonas chill-out y de restauración, zona de niños y barras ampliando su oferta a todos los públicos. De Madrid y de fuera,  los forasteros en Madrid que visitan la capital con ese motivo… más los oriundos… Ibiza y Madrid retro-aliméntandose

La atracción del cliente muchas veces pasa por salir en su busca y poner todo al alcance de su mano, todo menos el mar…

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