Restaurantes Bib Gourmand o el premio a la calidad asequible
Quizás no sea tan conocida como la popular estrella de la Guía Michelín. Sin embargo, la categoría Bib Gourmand es igualmente prestigiosa y la concede, de hecho, la misma entidad. ¿La diferencia? Que esta última premia la calidad-precio del establecimiento, un criterio que interesa (y mucho) a la mayoría de los comensales.
Concretamente, Bib Gourmand pone el acento sobre aquellos restaurante que apuestan por la calidad elevada en un menú de menos de 40 euros.
Para nuestra fortuna, la de quienes disfrutamos de la buena mesa, en España contamos con un total de 229 propuestas (en septiembre de 2024 se incorporaron a la codiciada lista 23 restaurantes más). Y puesto que para muchas personas el Bib Gourmand es la antesala a la estrella Michelín, que cada vez sumemos más establecimientos dice mucho de la audacia del sector y de la conveniencia de acudir.
¿Quieres conocer las últimas novedades, las incorporaciones de 2024 a la lista española Bib Gourmand?
Estos son los últimos restaurantes en llegar:
- La Posada de Águeda, en Requena, Valencia.
- Izakaya Tasca Japonesa, en Castellón de la Plana; La Farola, en Altura, y Rubén Mirallés, en Vinarós, Castellón.
- Eximio by Fernando Martín, en Alcalá de Henares; Santé, en Leganés, y Tres por Cuatro, Madrid, en la Comunidad de Madrid.
- La Meancera, en El Gasco, Cáceres.
- Can Xapes, en Cornellá del Terri, Girona.
- El Caigró d`Or, en Vilafranca del Penedès, Barcelona.
- La cocina de Manuel, en Valladolid.
- La Pradera a Tope, en Treceño, Cantabria.
- El Aguarde, en Santa Cruz de Tenerife, y Tasca Silbo Gomero, en San Cristóbal de la Laguna, Tenerife.
- Existe, en Puertomingalvo, Teruel.
- Lavedám, en Tramacastilla de Tena, Huesca.
- Ochando, en Los Rosales, Sevilla.
- Blossom, en Malaga.
- Kàran Bistró, en Pozoblanco, Córdoba.
- Casa Mané, en Palmones; Berdó, en El Puerto de Santamaría, y Atxa, en Tarifa, Cádiz.
Futuro y rentabilidad de los Bib Gourmand
Muchas veces se cuestiona si la alta cocina es realmente rentable, si merece la pena ganar una o varias estrellas Michelín. De hecho, es un secreto a gritos que algunos de los mejores chefs del sector prefieren no ganar tal distinción. Sin embargo, el factor determinante de esta decisión no reside tanto en la falta de rentabilidad económica como en la falta de salud mental. En otras palabras: si conseguir una estrella Michelín es difícil, aún lo es más mantenerla. Ese objetivo acarrea a menudo más tiempo del que disponen los profesionales al frente, mucho estrés, síndrome del trabajador quemado y competitividad.
Pero no solo está en juego el bienestar del chef, de quien invierte o se pone al frente de la propuesta y de la plantilla. También lo está la necesidad, como muchos grandes chefs han señalado, de reivindicar una cocina asequible para buena parte de la población. Y esto es lo que permite la distinción Bib Gourmand: ofrecer alta cocina a una gran variedad de comensales que pueden permitirse un menú de 35 euros con el que van a quedar muy satisfechos.
Abrirse a un abanico más amplio incrementa las posibilidades de facturación y de diversificación del negocio.