“Lo mejor de la comida es la compañía”:Francisco García Cabello, periodista

Periodista y comunicador. Cuenta en su currículum con más de 20 años de experiencia y demuestra ser buen conocedor del sector de los directivos de nuestro país por lo que no es de extrañar que Francisco García Cabello se desenvuelva como pez en el agua cuando una cámara le está grabando. Cualquier tema le es sencillo, y más si se trata de gastronomía, en la que todo el mundo, al final, tiene una opinión sobre el tema.
Este presentador radiofónico afirma no tener ningún restaurante especial o favorito ya que para él, “un restaurante favorito además de por la comida, evidentemente se escoge en un lugar que sea agradable para poder disfrutar de la compañía, algo fundamental”
Él lo tiene claro, “la compañía a la hora de comer es lo más importante”. Aunque para acudir a un lugar, aparte de esos amigos, es necesario cuidar otros aspectos centrados en el servicio, el ambiente y la oferta. Todo con el objetivo de tener tiempo para disfrutar del menú y desarrollar “una buena cultura de la comida que debe durar un tiempo estándar” que le permita compartir a uno, un rato agradable con los tuyos.
Odia comer solo porque se aburre muchísimo así que prefiere hacerlo en compañía. “Pocas veces he comido solo y cuando he tenido que hacerlo me he aburrido muchísimo… lo importante de comer, es la charla posterior de café y tener tiempo para hacerlo” resulta fundamental.
“Los tuyos” son especialmente importantes en estos asuntos gastronómicos ya que si acudo a un restaurante “es porque realmente me lo han recomendado ellos y cuando un amigo te recomienda algo… por lo menos hay que probarlo”. Y si no te gusta, es tan fácil como no volver. Una decisión que trae consecuencias sin dudas para el lugar y más en estos tiempos. Pero a pesar de este contexto, lo bueno para él, es que los restaurantes “han sabido adaptar los menús” a la situación.
Las recetas para la buena gestión de un restaurante son las relacionadas a cuidar algo tan importante como es la compañía. No interrumpir demasiado las conversaciones entre los comensales, saber escuchar al cliente o ser rápido y ordenado a la hora de entregar los platos pueden ser una muy buena manera de respetar el ambiente de esas personas en concreto que lo que buscan es un rato de disfrute y placer.