Lo más de lo más para el enófilo

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Alexandra Sumasi| Madrid

12 de febrero 2013

Parece que la cosa comenzó en Burdeos, o por lo menos, la primera noticia nos llegó de allí. Max Bordeaux es una tienda de la ciudad aquitana donde, además de vender vino, este se puede probar a voluntad gracias a los dispensadores de vino. Hasta aquí, puede que no veamos la novedad, pero fijaos bien en la redacción: “probar a voluntad”. En la mayoría de tiendas de vino es posible catar alguna que otra referencia pero siempre bajo el permiso o supervisión del empleado que nos atienda. Los dispensadores de vino por copas distribuidos por  toda la tienda son de autoservicio que funcionan con tarjeta (una tarjeta que se adquiere en la propia tienda y se recarga con el importe que uno desee). Cada uno de los vinos puede servirse en tres modalidades: cata, media copa y copa. Evidentemente, dependiendo de la cantidad de vino servida, gastaremos uno u otro importe. El vino abierto se conserva en perfecto estado un máximo de veintiún días (¿alguien piensa que un vino en un lugar de estas características va a durar tanto?) y a la temperatura idónea.

[pullquote]Es un autoservicio que funciona con tarjeta, y cada uno de los vinos puede servirse en tres modalidades: cata, media copa y copa.[/pullquote]

El mismo sistema que Max Bordeaux, lo tiene en Madrid la macrotienda El sueño de Baco, en la céntrica calle Goya. Inaugurada el pasado mes de agosto, tiene alrededor de 300 referencias, y la gran ventaja de esta tienda es que la venta es directa, es decir que el cliente no asume costes de intermediario. En los dispensadores, al igual que en la tienda bordelesa, puede elegirse entre tomar una medida de cata, media copa o copa completa.

De Vinos

Además del concepto tienda, empieza a ser tendencia la incorporación en bares de este tipo de dispensadores. En la capital, De Vinos, que abrió hace unos meses, basa toda su oferta en vinos en este método. Para el bar, las ventajas son claras. Además de las que enumerábamos antes como la conservación del vino en perfecto estado y que este se mantenga a temperatura correcta, la cantidad de vino que se sirve por copa, teniendo en cuenta la opción elegida, es siempre la misma ya que está programada de antemano.

Para el cliente, también son todo ventajas. Vino a temperatura correcta, amplia oferta de vinos por copas, y poder catar antes de tomarse una copa entera. El cliente paga justo por lo que consume.

Roca BCN © Olga Planas

En Barcelona, la propuesta del grupo Tragaluz en alianza con los hermanos Roca también ha incorporado esta tecnología. Así, en Roca Bcn (que aúna el restaurante con estrella Michelin Roca Moo y el nuevo concepto más informal Roca Bar) se puede catar o tomar buenos vinos previamente escogidos por Josep Roca, el sumiller de los tres hermanos.

Aunque la inversión inicial es algo costosa (entre 9 mil y 15 mil euros, dependiendo de la capacidad del dispensador) el ahorro en personal es evidente, además de ser una buena manera de incentivar el consumo de vino, y la prueba de marcas más allá del sota, caballo y rey.


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