Rodrigo D. | Madrid

Has visto a 20 gurús del marketing digital explicar en vídeos de YouTube la importancia de que la clientela comparta fotos de tu restaurante. Te has comido la cabeza para que la presentación de los platos sea una locura: trampantojos, guiños cinematográficos, nombres originales. ¡Qué demonios! Has puesto una barra en el centro del restaurante para que todos puedan grabar cómo cocinan y preparan los platos. Has contratado una agencia para que te busquen unos buenos influencers y tu local se llene de treintañeros con el bolsillo lleno, barbas, gafas grandes, los labios pintados muy rojos y camisas con estampados imposibles.

“Lo voy a petar”, has pensado. No hay fisuras en mi plan de marketing. Una buena campaña en medios convencionales y también en los digitales. Está todo atado y bien atado. Llega el día de la inauguración de tu restaurante y resulta que no has puesto Wifi (pero del bueno, del que funciona bien). La cagaste.

Sí, a mí a veces también me parece raro que todo el mundo pida el Wifi. Lo veo muy loco. Tengo como 10 gigas de descarga mensual con mi línea de teléfono móvil y no suelo necesitar conectarme al Wifi en ningún sitio. Desde hace unos años los móviles incluyen líneas 4G y, si estás en una zona de buena cobertura, la velocidad de descarga es maravillosa. Además, en muchos lugares la conexión a internet del local es más lenta que una línea 3G en condiciones. Vamos, que me da pereza andar pidiendo la contraseña del Wifi. Pero yo lo que he visto es que los foodies piden, como poseídos, el Wifi y su correspondiente contraseña. Tenemos que ponérselo fácil.

Vale, ya has puesto una línea buena en tu restaurante y, además, te has asegurado de que funcione mejor y más rápido que un 3G normalito. Felicidades, has dado el primer paso. Por cierto, hay un sinfín de empresas que te ofrecen Wifi social y todo tipo de inventos para dar este servicio. En algunas ciudades como Kuala Lumpur, todos los locales tienen obligación de dar Wifi gratuito en sus instalaciones desde 2012. Allí ya están acostumbrados.

Pero resulta que no basta con tener una buena conexión a internet en tu negocio. Ahora tienes que recordarle a los clientes que la tienes, por qué la tienes (¡para que lo disfruten, claro!) y cuál es la contraseña.

Hemos visto que hay algunos restaurantes o bares que esto lo dominan muy bien. A lo mejor alguna de estas ideas te inspira.

• El restaurante Pink Monkey de Madrid ha puesto la contraseña del Wifi en su carta. Así sí, para que no haya dudas.

• Nuestros amigos de la cafetería Retro, junto al Retiro (abstenerse de buscarlo en internet), tiene varios carteles en el local y, además, le han puesto una contraseña fácil y cachonda para que no se olvide: almenospideuncafe. La sonrisa del cliente está asegurada. Minipunto para ti.

• Otra idea para potenciar el uso del Wifi y, quién sabe, con la posibilidad de que lo usen para compartir fotografías de tus platos, es anunciarlo en las pizarras. Cuanto más original, mejor.

Si no vas a seguir ninguno de estos consejos o al menos darle una vuelta a la cabeza, mejor prohíbe el uso de móviles en tu restaurante. Así por lo menos la clientela estará entretenida hablando.