El liderazgo como antídoto a la rotación de empleados

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Marta Gómez | CEO y Fundadora de Gestiorante

“No se trata del barco que tienes sino del capitán que eres” La hostelería es un negocio de personas. No es suficiente con tener un local instagrameable, una buena oferta gastronómica, un buen chef en la cocina y un equipo de profesionales en sala, todo esto requiere de una persona que lo lidere, y cuando esto falla, empiezan los problemas: desorganización, personal desmotivado, descomprometido… y acabas convirtiéndote en un autoempleado.

La hostelería es un negocio de personas, y para entender el negocio, debemos entender primero a las personas. Hay que salir de las operaciones y dejar de “gestionar procesos” para empezar a “gestionar personas” y para ello, hay tenemos que entender sus necesidades.

Es un momento difícil para el sector, lleno de constantes cambios y a los que se suman la problemática para encontrar empleados, la cual está causando verdaderos estragos en los negocios. Titulares como “Fuga de empleados en hostelería” “Los hosteleros no encuentran personal” inundan los medios de comunicación.

¿Qué se puede hacer para cambiar este paradigma?

Lo primero que hay que entender es que ha habido un cambio en las preferencias de las personas. Antes, cuando alguien buscaba trabajo, quería cubrir necesidades básicas de dinero y de estabilidad, esto hacía que fuesen más leales y comprometidos. Sin embargo, las nuevas generaciones, tienen otras aspiraciones y necesidades que cubrir. Buscan más estímulos, no son tan leales y tampoco buscan únicamente un incentivo económico.

A todo el mundo le gusta ganar un buen sueldo, pero no a cualquier precio. Hoy en día, si quieres conseguir un equipo de verdad, tienes que darles un proyecto que les satisfaga, les ilusione y les motive, y que sea algo que les compense para sacrificar su tiempo personal y de ocio.

Y aquí, es donde entra la figura del líder. Una persona que sea capaz de influir, encontrar la motivación de las personas, inspirar al equipo, conquistarle y tener una visión clara para poder transmitírsela. Las personas que trabajan en tu restaurante tienen que conocer el para qué de tu negocio.

“Un jefe persigue a sus empleados, Un líder es seguido por sus empleados”

A menudo, me encuentro propietarios de restaurantes que no tienen clara su visión y la esencia de su negocio. Dirigir sin alma, es conducir a la deriva, sin un mapa que índique el camino a seguir y guíe este proceso.

Cómo afecta el liderazgo a los resultados de tu negocio

Durante mi experiencia profesional he tenido la oportunidad de trabajar como gerente para negocios de hostelería (bares, restaurantes, locales temáticos) como para grandes multinacionales, y he podido observar que no importa el tipo de negocio, el éxito de todos ellos radica en la gestión adecuada de las personas que lo componen.

La forma de dirigir un negocio gastronómico impacta hasta en un 30% en los resultados de este, y hasta en un 70% en el clima laboral. Esto se refleja en factores como una mayor productividad, menor coste de rotación de personal y mayor satisfacción en la experiencia del cliente.

Las personas necesitan líderes. Cuando diriges un negocio y no tienes claro hacia dónde vas, lo más probable es que a tu equipo le pase lo mismo, se confunda, se desmotive y se genere una relación de desconfianza. De aquí el que muchos acaben haciendo las cosas “cuando quieren y a su manera”.

Sin embargo, cuando hay una buena comunicación, y se indica el “para qué” de lo que se hace, se transmite transparencia, se genera confianza, y las personas trabajan con un objetivo en mente. Esto es algo que se percibe cuando entras a un restaurante y ves orden, organización, compromiso, motivación y un clima laboral, que te predispone a tener una buena experiencia como cliente.

Parece algo sencillo, pero para que todo funcione como un reloj, es necesario trabajar mucho la confianza con el equipo, la mentalidad y la inteligencia emocional, y esto requiere salir muchas veces de la zona de confort.

En cierto modo, ya se sabe que, para ser un profesional de hostelería, se requiere de una dosis de psicología que se aplica hacia los clientes, y que ahora hay que aprender a utilizarla con los empleados.

Convertirse en líder con hechos, y no solo de palabra, solo tiene el requisito indispensable de estar dispuesto a cambiar uno mismo y la forma de gestionar el negocio, dar ese salto y querer hacerlo de verdad.

En definitiva, una buena gestión de empleados se refleja en un mayor cuidado de tus clientes, y en un mejor resultado de tu negocio.

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