Atalanta

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En el local que ocupara durante años el Gula Gula, acaba de abrir sus puertas Atalanta un restaurante para disfrutar con todos los sentidos en el número 1 de la Gran Vía madrileña. Su cocina de mercado, mediterránea, realizada con producto nacional, mucho mimo y toques exóticos, no deja indiferente a nadie gracias a la labor de su chef Javier del Castillo. Tanto para comidas como para cenas, su cuidada propuesta gastronómica está pensada para que el comensal no se aburra y disfrute de platos que no come todos los días, como el Foie casero con chutney de mango, Escalibada con tapenade trufado, Habitas salteadas con chipirones y manitas con un toque de menta fresca, Lasaña crujiente de setas y trufa con praliné de piñones, Lubina con puré de coliflor y vainilla o Jarrete de cordero con puré de patata, por poner un ejemplo de cada sección de su cuidada carta, convenientemente señalada de alérgenos, acompañados de unos exquisitos y originales postres caseros como la Tarta Sacher reinventada o la Creme brule de cereza negra.

Amplio y luminoso, el restaurante Atalanta sorprende nada más subir las escaleras del emblemático Edificio Grassy por estar repleto de ventanales y por sus impresionantes vistas tanto de la calle Alcalá, como de Gran Vía y Caballero de Gracia. De día, el frenesí de una ciudad cosmopolita y de noche la magia de sus luces que empapan el local de romanticismo. Tonos pastel en paredes y mobiliario, algo más eléctrico en la barra, madera y plantas, conforman una decoración sencilla que cede todo el protagonismo al ‘escaparate’ y por supuesto a la cocina.

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