Arroces con sabor a Cantabria

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Atún rojo con salsa teriyaki

C.Estévez | Barcelona

27 junio 2013

El chef Bruno Arrate nos presenta El Pantalán, su proyecto más personal.

Formado en restaurantes como Posada del Mar, Marina de Pedreña o La Casona del Judío, el chef santanderino Bruno Arrarte nos presenta

su nuevo restaurante, El Pantalán. Se trata de un restaurante-arrocería, basado en el producto fresco y local, ubicado en la calle Bonifaz 21 en Santander.

De su cocina sobresale su gran variedad de arroces, señal de identidad de la casa. De hecho, se ofrecen hasta diecisiete variedades elaborados con los mejores ingredientes de estación, desde la tradicional paella de marisco o el arroz con verduras de temporada hasta arroces melosos de bogavante o calamares en su tinta y sorprendentes propuestas con rabo de toro o ciervo, además de una amplia selección de risottos como el de carrilleras de cerdo ibérico, de rape y almejas o de hongos y foie a la plancha. Todos ellos de textura absolutamente al dente, con el contrapunto perfecto de melosidad y socarrat al fondo que requieren estas elaboraciones.

En la carta de El Pantalán también sobresalen sus pescados y carnes frescas -protagonistas indiscutibles de cualquier carta gastronómica que se precie en Cantabria- seleccionadas a diario por su chef Bruno Arrarte en el Mercado de la Esperanza y servidas con el sabor inconfundible que adquieren tras su paso por la parrilla. Del mar ofrece bacalao, merluza, rodaballo o lubina y de su tierra, chuletillas de lechazo y  solomillo de vaca. Finalmente, el remate de un buen almuerzo llega de la mano de un postre casero, convertidos ya en imprescindible su queso fresco con membrillo, tarta quebrada con melocotón o tarta de chocolate con crema inglesa.

Una decoración minimalista y luminosa

Su mujer, María José Zulueta, ha sido la encargada de decorar el establecimiento de una manera sencilla y elegante. Con tonos blancos, únicamente salpicados por instantáneas de pantalanes, tejidos nobles como el algodón o el lino y flores frescas adornan las mesas logrando dar vida a  un espacio confortable y sereno en el que dejarse llevar por el disfrute de la exquisita gastronomía cántabra.

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